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<La masacraron y decidió dejar de sentir, aunque cuando mencionaban su nombre... los muros pasaban a ser escombros y su recién adquirida indiferencia se escurría entre sus dedos. Cuando mencionaban su nombre, Dolor aparecía y no partía.>

Own hell.

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Y fue decayendo sin pausa y sin prisa, hasta consumirse en su propio infierno, lleno de estatuas rotas que tenían el rostro de su Satanás particular, quién había traído a Dolor y lo encadenó al alma de la chica que con locura a Satán amó, construyendo y hundiéndose en un pozo del que nunca salió, triste, desolada y con su mejor amigo Dolor, a quién veneró desde que su Dios del averno partió y no regresó.

And while you forget me, I'm loving you more.

《No sabes cuán perdido mi yo real está, sin ti, sin sonreír, inerte, sin vida alguna. Y es que los días pasan y no estás. Y las noches llegan, y mientras tú me olvidas, yo te voy queriendo más.》

Nights.

《Y llega la noche y los putos recuerdos se suceden en mi estúpida mente, tras posar la cabeza sobre la almohada. Siento esos escalofríos como si supiese que estás cerca, parece que mis labios aún tengan las secuelas de nuestros ávidos besos y, cuando las lágrimas descienden por mis pálidas mejillas, siento el cálido tacto de tus dedos. Oigo también las palabras que repetías cada día con tu afrodisíaca voz, haciéndome sonreír como un niño la mañana de Navidad. Y luego la mañana se cierne sobre mí, después de un sueño inquieto, y me doy cuenta de qué no estás. Pero no te preocupes, Dolor sí.》
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《Y mis ojos, unas veces tristes y otras locos, suplicaban ayuda, o tal vez un perdón que nadie me dio.》

Galicia ¡oh, Galicia!

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Galicia y yo mantenemos una sólida relación de amor-odio. La detesto por enamorarme con sus hermosas playas y no poder apreciarlas por sus gélidas aguas traicioneras, por necesitar el coche para ir a todos lados haciéndome recordar mi vida en Badalona-Barcelona y el poder tener todo a mano. La odio por estar tan lejos del lugar donde mis pocos seres queridos mantienen su residencia. Aborrezco este lugar por sus pequeña concentración de población porque la intimidad es nula. Y la desprecio con toda mi alma cada vez que me hace echar en falta la playa de San Adriá a la que iba todos los días del año, con sus cálidas aguas y su blanca arena, y, por supuesto, su maravilloso clima. La amo por su increíble historia. La adoro por las historias que me cuentan mis abuelos o los señores con los que entablo conversación mientras espero el autobús para ir a la metrópolis, por no caber en mí cada vez que veo tanta...

Soledad

Soledad no es que la única presencia que haya en una habitación sea la tuya. Soledad no es lo que sientes muchas veces cuando te encuentras rodeada de gente. Soledad es la certeza de que si te caes, habrás de levantarte tu sola. Soledad es eso que te come por dentro poco a poco; algo a lo que te acostumbras. Soledad es eso que luego ya no puedes apartar de ti, se adhiere a tu piel; a tu corazón. Soledad es lo que llevo yo a mis espaldas. Soledad, soledad, soledad, soledad... Maldita y bendita soledad. Cuántas veces me sacrificaste y cuántas otras me salvaste.

Lo conseguiste.

Enhorabuena, campeón. Lo has conseguido. Me duele el alma. Te veo en cualquier cosa que hago, imagino un futuro y apareces de la nada, pienso en irme un par de días para romper la rutina y me viene a la mente tu nombre. Revuelvo el pasado y no veo nada antes de ti. Llegaste, me diste dos buenos momentos, te llevaste mis más preciados recuerdos del ayer y te fuiste dejándome destruida. Con el alma rota. No sé qué hacer si por muchos muros que construya la sola mención de tu nombre los convierte en escombros. No sé por qué mi cerebro insiste en que vuelva a la consciencia y obliga a mis pulmones a respirar si no tengo ya sueños, ni ambiciones, y mucho menos ganas de nada. Solo arrancarme el alma y juntarlo con los demás deshechos que son mi ser. Dolor. Curiosa palabra, ¿verdad? Y todos le temen. Pero, ¿y yo? Yo aprendo a vivir y a regodearme en él y a convertirlo en mi mejor amigo. Y tú le enseñaste muy...

Te quiero.

《No quiero un "Buenos días, princesa" o un "Buenos días, dormilona" porque, ¡joder!, aburre demasiado. Quiero un buenos días que sea tan sólo de nosotros dos y que no seamos capaces de decírselo a alguien más si esto se acaba. No quiero que me comas la oreja con bellas palabras o me llenes la habitación de objetos materiales que algún día se estraviarán y pasarán a formar parte del olvido. No quiero que me mientas nunca, aunque la verdad puede que me destruya. Quiero que seas mi Muro de Berlín y mi puta lágrima del Ave Fénix, quiero ser tu religión y que tú seas la mía; que creas y tengas fe en mí como yo en ti. Y no quiero por nada del mundo un "fueron felices y comieron perdices" o un jodido "para siempre". Quiero un puto REAL, un real donde suceden más cosas malas que buenas, pero que eso nos haga unirnos más. Quiero que seas mi marca de heroína y yo tu porro diario cuando algo malo o exasperante te suceda. No quiero ser tu vida ni que tú sea...

Mírame.

Mírame a los ojos y dime qué ves. Divisas un alma casi en ruinas, ¿verdad? Infinita sangre que en un pasado brotó de grandes heridas se encuentra reseca en sus muros. Me hicieron cambiar el amor por el odio; un odio infinito. Hacia mí y hacia todo ser humano. Tan solo verás lágrimas y falsas sonrisas; llantos en vez de risas. Creí que era tiempo lo que necesitaba; es obvio que me equivocaba. Necesito a alguien que sepa cuidarla; que aprenda a amarla a pesar de toda su suciedad. Alguien que sea capaz de ver un diminuto haz de luz en mi oscura alma. Alguien que no tenga miedo de querer ni que necesite ver para creer. Alguien verdaderamente merecedor de mi querer. 

Continua con tu vida porque la vida continua sin ti.

No te engañes a ti misma. La vida no se acaba por aquella persona que apareció desordenándolo todo y luego se fue sin decir adiós. Porque, si no hubieses conocido a ese alguien, tu camino seguría siendo igual. Vale, puede que te hiciese reir llorando y llorar riendo; que te hiciese sentir el ser más dichoso y maravilloso de la faz de la Tierra. Pero, si se acabó yendo, o te hizo el más mínimo daño, no merece la pena. Si has o estás limpiando tu corazón con lágrimas dedicadas a ese ser que una vez estuvo y se fue mientras tu cabeza descansa sobre tus flágidas rodillas y tu cuerpo se congela por la frialdad del duro suelo, límpiatelas. Y sonríe mientras tus piernas se fortalecen un poco más y consiguen ponerse en pie. Puede que no puedas retroceder y eliminar esos maravillosos recuerdos y los posteriores llantos, pero sí puedes andar hacia delante y dejar atrás ese desorden tan bueno, y al mismo...

Juzgar sin conocer.

Cuando vemos a una persona, siempre e inconscientemente, juzgamos su físico. Sin importarnos por qué se desahoga con la comida, o por qué lo hace sin llevarse nada a la boca. No sabemos qué hay detrás de cada mueca a la que llamamos 'sonrisa', qué hay detrás de cada encogimiento de hombros, o simplemente qué hay detrás de cada lágrima que sin querer se le escapa. No sabemos por qué se viste como lo hace, o por qué cubre su piel de tinta y huecos; o por qué acorta su vida con sustancias nocivas. O también el por qué de las cicatrices en sus brazos. No sabemos absolutamente nada; somos meros ignorantes y, sin embargo, juzgmos. E incluso nos reímos, sin conocer. Y es la ignorancia la que destruye más a esos seres maltrados por la vida y por la sociedad. Unos quilos de más no importan, lo interior es lo que permanece. Unos quilos de menos, puede que tampoco. ¿Tatuajes y piercings ? Da igual. ...

Al salir de clase.

Al salir de clase el primer día de cautiverio, aceleré mis pasos y me centré en llegar lo más rápido posible a mi escondite. Ya allí, encendí un cigarro y me senté mientras lágrimas de impotencia salían sin descanso de mis ojos color miel. Al darme cuenta de que llegaba tarde, salí corriendo como alma que lleva el diablo hasta mi hogar, sin darme cuenta de que unos ojos me escrutaban desde las sombras. El segundo día, no aguanté las lágrimas nada más salir del recinto escolar. Con el llanto como música para mis oídos, llegué a mi sitio. Pero no estaba sola, un chico que rompía todos mis actuales esquemas, con pelo y ojos azabaches, tez morena y atuendo totalmente negro se encontraba allí. En MI sitio. Pero, teniendo en cuenta que esto era la calle, no dije nada y me senté igualmente. Me sequé las lágrimas y encendí otro cigarro. A la segunda calada, sentí una pre...