Sensaciones contradictorias
Me apoyé en la ventana y me pasé casi todo el trayecto contemplando su perfecto perfil. Tras haberme pillado varias veces en mi escrutinio, decidí fijar mi vista en el paisaje que parecía querer escapar de nosotros. Deseaba que me llevase lejos, y creí que eso estaba haciendo, pues se estaba alejando de la cuidad.
Pero no, nos acercábamos al polideportivo de lujo que siempre me veía en la obligación de frecuentar con mis progenitores. Mis ojos se abrieron de tal forma que cualquiera podría verter sopa en ellos y tomarla, pues parecían dos platos soperos. Malikcar, maldita boba, ¿no te dice nada? Claro joder... No te olvides de que luego tenemos partido de volley con los Malik. Oh mierda, no iba a llevarme lejos. Iba a jugar contra su familia. Cada átomo de mi organismo comenzó a congelarse por la decepción. Aparté la vista del lugar que estaba empezando a odiar y la fijé en el suelo, en un intento de calmar mi interior.
―¿Bajas o qué?―esbozó una sonrisa de oreja a oreja mientras se apoyaba en mi puerta. Oh mierda, debía dejar de ponerme así... Ahora parezco gilipollas.
―Si te apartas...―su sonrisa se esfumó y comenzó a andar hacia la puerta del polideportivo. Cogí mi bolsa y fui tras él―. Así que tú eres el hijo de los Malik...―me ignoró y continuó andando. Odio que hagan eso―. Eres un puto bipolar, ¿sabías?
―Y tú una puta borde y no te digo nada, ¿o sí?―se giró para encararme. Mal Malik, muy mal. Acabas de cabrear a Bel.
―No sé si el olor de la gasolina que desprende tu Malikcar interrumpe el riego sanguíneo hacia tu cerebro o qué, pero acabas de decirlo―sus ojos, como tiempo atrás los míos, parecían dos platos soperos.
Victoriosa, me adentré en el recinto.
―Sigues siendo una puta borde― ¡Joder! Entró tan silenciosamente tras de mí que ni me he enterado. Oh, espera, hay algo en su voz...
Me cogió cual saco de patatas y... No. Definitivamente no era él. Las corrientes eléctricas no aparecieron.
―Y tú un puto retraído mental.
―¿Un qué?―se despistó. Gracias queridas letras, os debo una. Clavé mis uñas en su yugular y, tras gemir de auténtico dolor, me soltó y yo salí corriendo.
―Zorra...―escuché maldecir. Quién me mandaría a mí entrar sola...
Me estremecí a causa de las corrientes que recorrían mi organismo cada vez que ese ser me tocaba y sonreí casi imperceptiblemente, de pronto infinitamente segura.
―¿Estás bien?―su melodiosa voz estaba manchada por un haz de preocupación.
―Sí, mi don con las palabras y mis uñas han hecho un buen trabajo―repliqué sonriendo en un intento de quitarle hierro al asunto.
―Qué modesta eres, Dios mío...―puso los ojos en blanco. Me mordí los labios. Santo cielo, qué Dios griego me habéis dado mi Santidad, me siento muy halagada―. Te vas a hacer sangre―un Dios griego empeñado en parecer mi padre. Aumenté la fuerza con la que me lo mordía―. Para o atraerás a los...
¿Vampiros? No, sólo existen en la imaginación de los humanos.
―¿A los...?
―A los vampiros―sonrió, haciendo que sus ojos brillaran, provocando a mi miocardio un gran sobresalto―. A nadie, de momento. Tira, tenemos un partido que jugar.
¡¿Qué?! ¡No! No quiero jugar, hostia. Quiero que me lleves lejos, pero no disputar un partido que ni me va ni me viene. Menudo cabreo estaba pillando en cero coma.
―Ne he hecho daño corriendo―dije sin pensarlo ni una sola milésima de segundo. ¡Bien! Porque tengo la sensación de que todos me leen la mente y no me gusta.
Sin atisbo alguno de duda en sus ojos, me llevó en volandas hasta los vestuarios femenimos mientras yo me sentía como en el Paraíso absorbiendo su aroma.
―A cambiarse―rió mientras me dio un cachete e hizo ademán de irse―Ops, se me olvidaba que no podías andar―se acercó de nuevo y me llevó hasta donde se disputaría el partido. Me sentó en el banquillo. No te atrevas a dejarme sola. La última vez casi me secuestran dije a través de mi mente con la esperanza de que me oyera.
No me escuchó. Estás perdiendo facultades. O lees demasiado, que también. Her name is Noel, I have a dream about her. She rings my bell. I got gym class in half an hour. Oh how she rocks in Keds and tube socks but she doesn't know who I am... And she doesn't give a damn about me... empecé a cantar en mi mente, ya que nunca me atrevía a hacerlo en voz alta.
―'Cause I’m just a teenage dirtbag, baby. I'm just a teenage dirtbag baby. Listen to Iron Maiden baby with me. Oooooh...―por Dios, era perfecto hasta cantando. Me giré y ahí estaba, mirándome con una pícara sonrisa en su rostro. Mi corazón va a explotar en cualquier momento, lo presientía―. ¿No te cambias?―cuestionó mientras parecía desnudarme con la mirada.
―Vengo cambiada del instituto.
Un silencio reinaba en nuestro alrededor, pero no uno incómodo, no, uno de esos en los que disfrutas de la otra persona sin necesidad de mediar palabra.
Poco a poco nuestras familias fueron llegando. Mi hermana me miró como si ella fuese la Reina y yo su puñetera súbdita, algo de lo que pasé completamente porque estaba más que acostumbrada. Pero una oleada de infinita rabia recorrió todo mi cuerpo cuando se comió con la mirada a Zayn. Aunque tuve que reprimir las carcajadas que amenazaban con escapar cuando él ni la miró y no apartó los ojos ni un segundo.
Todos comenzaron a hablar mientras mis pensamientos se alejaban más y más mientras que mi cuerpo seguía en aquel lugar.
Unas manos bajaron y subieron frente a mis ojos.
―¿Puedes jugar o no?―la despreciable voz de mi hermana decía claramente más vale que puedas porque no pienso joderme la manicura me sacó de mis ensoñaciones.
―Tiene el tobillo un poco...―comenzó a hablar Zayn.
―Estoy bien.
Me levanté y tuve que sentarme de nuevo. Vaya, al parecer no era mentira. La adrelalina había tapado bien el dolor. Pero iba a jugar, ya que si lo hacía la idiota nometoquesquemerompo, perderíamos. Y lo odio.
Maldita seas Malik, qué bueno estás y qué bien juegas. ¿Qué hago pensando eso si vamos perdiendo?
Poco a poco, quité mis ojos del monumento que decía ser mi vecino (porque nunca lo había visto) y me concentré en la pelota. Iba a ganar, costara lo que costara.
Lo que era un simple juego para ambas familias, se convirtió en un ___VSZayn digno de cualquier competición. Mis muñecas y mi ya lastimado tobillo lo lamentarían después, pero no me importaba.
Nuestros progenitores decidieron apartarse. Sus ojos iban de un lado al otro del terreno de juego con una diversión que mismo parecía que estaban presenciando en directo la mejor de las comedias. Mi hermana, cómo no, estaba arreglando sus uñas, ajena al espectáculo que Malik y yo estábamos dando.
Cuando íbamos 109-109, Zayn ligeramente cansado dijo que era suficiente. Y que yo había ganado, ya que yo estaba como si del banquillo no me hubiese movido.
Me duché con la sensación de que unos ojos me escrutaban, pero la deseché. Hoy estaba demasiado paranoica y no quería volverme loca.
Cuando fui a la cafetería, estaban todos menos mi hermana. Todo atisbo de humor había desaparecido de sus facciones.
―Siéntate, tenemos que hablar.
Un escalofrío recorrió toda mi médula espinal al tiempo que me sentaba. Prepárate para lo peor añadió mi voz interior para más preocupación.
Pero no, nos acercábamos al polideportivo de lujo que siempre me veía en la obligación de frecuentar con mis progenitores. Mis ojos se abrieron de tal forma que cualquiera podría verter sopa en ellos y tomarla, pues parecían dos platos soperos. Malikcar, maldita boba, ¿no te dice nada? Claro joder... No te olvides de que luego tenemos partido de volley con los Malik. Oh mierda, no iba a llevarme lejos. Iba a jugar contra su familia. Cada átomo de mi organismo comenzó a congelarse por la decepción. Aparté la vista del lugar que estaba empezando a odiar y la fijé en el suelo, en un intento de calmar mi interior.
―¿Bajas o qué?―esbozó una sonrisa de oreja a oreja mientras se apoyaba en mi puerta. Oh mierda, debía dejar de ponerme así... Ahora parezco gilipollas.
―Si te apartas...―su sonrisa se esfumó y comenzó a andar hacia la puerta del polideportivo. Cogí mi bolsa y fui tras él―. Así que tú eres el hijo de los Malik...―me ignoró y continuó andando. Odio que hagan eso―. Eres un puto bipolar, ¿sabías?
―Y tú una puta borde y no te digo nada, ¿o sí?―se giró para encararme. Mal Malik, muy mal. Acabas de cabrear a Bel.
―No sé si el olor de la gasolina que desprende tu Malikcar interrumpe el riego sanguíneo hacia tu cerebro o qué, pero acabas de decirlo―sus ojos, como tiempo atrás los míos, parecían dos platos soperos.
Victoriosa, me adentré en el recinto.
―Sigues siendo una puta borde― ¡Joder! Entró tan silenciosamente tras de mí que ni me he enterado. Oh, espera, hay algo en su voz...
Me cogió cual saco de patatas y... No. Definitivamente no era él. Las corrientes eléctricas no aparecieron.
―Y tú un puto retraído mental.
―¿Un qué?―se despistó. Gracias queridas letras, os debo una. Clavé mis uñas en su yugular y, tras gemir de auténtico dolor, me soltó y yo salí corriendo.
―Zorra...―escuché maldecir. Quién me mandaría a mí entrar sola...
Me estremecí a causa de las corrientes que recorrían mi organismo cada vez que ese ser me tocaba y sonreí casi imperceptiblemente, de pronto infinitamente segura.
―¿Estás bien?―su melodiosa voz estaba manchada por un haz de preocupación.
―Sí, mi don con las palabras y mis uñas han hecho un buen trabajo―repliqué sonriendo en un intento de quitarle hierro al asunto.
―Qué modesta eres, Dios mío...―puso los ojos en blanco. Me mordí los labios. Santo cielo, qué Dios griego me habéis dado mi Santidad, me siento muy halagada―. Te vas a hacer sangre―un Dios griego empeñado en parecer mi padre. Aumenté la fuerza con la que me lo mordía―. Para o atraerás a los...
¿Vampiros? No, sólo existen en la imaginación de los humanos.
―¿A los...?
―A los vampiros―sonrió, haciendo que sus ojos brillaran, provocando a mi miocardio un gran sobresalto―. A nadie, de momento. Tira, tenemos un partido que jugar.
¡¿Qué?! ¡No! No quiero jugar, hostia. Quiero que me lleves lejos, pero no disputar un partido que ni me va ni me viene. Menudo cabreo estaba pillando en cero coma.
―Ne he hecho daño corriendo―dije sin pensarlo ni una sola milésima de segundo. ¡Bien! Porque tengo la sensación de que todos me leen la mente y no me gusta.
Sin atisbo alguno de duda en sus ojos, me llevó en volandas hasta los vestuarios femenimos mientras yo me sentía como en el Paraíso absorbiendo su aroma.
―A cambiarse―rió mientras me dio un cachete e hizo ademán de irse―Ops, se me olvidaba que no podías andar―se acercó de nuevo y me llevó hasta donde se disputaría el partido. Me sentó en el banquillo. No te atrevas a dejarme sola. La última vez casi me secuestran dije a través de mi mente con la esperanza de que me oyera.
No me escuchó. Estás perdiendo facultades. O lees demasiado, que también. Her name is Noel, I have a dream about her. She rings my bell. I got gym class in half an hour. Oh how she rocks in Keds and tube socks but she doesn't know who I am... And she doesn't give a damn about me... empecé a cantar en mi mente, ya que nunca me atrevía a hacerlo en voz alta.
―'Cause I’m just a teenage dirtbag, baby. I'm just a teenage dirtbag baby. Listen to Iron Maiden baby with me. Oooooh...―por Dios, era perfecto hasta cantando. Me giré y ahí estaba, mirándome con una pícara sonrisa en su rostro. Mi corazón va a explotar en cualquier momento, lo presientía―. ¿No te cambias?―cuestionó mientras parecía desnudarme con la mirada.
―Vengo cambiada del instituto.
Un silencio reinaba en nuestro alrededor, pero no uno incómodo, no, uno de esos en los que disfrutas de la otra persona sin necesidad de mediar palabra.
Poco a poco nuestras familias fueron llegando. Mi hermana me miró como si ella fuese la Reina y yo su puñetera súbdita, algo de lo que pasé completamente porque estaba más que acostumbrada. Pero una oleada de infinita rabia recorrió todo mi cuerpo cuando se comió con la mirada a Zayn. Aunque tuve que reprimir las carcajadas que amenazaban con escapar cuando él ni la miró y no apartó los ojos ni un segundo.
Todos comenzaron a hablar mientras mis pensamientos se alejaban más y más mientras que mi cuerpo seguía en aquel lugar.
Unas manos bajaron y subieron frente a mis ojos.
―¿Puedes jugar o no?―la despreciable voz de mi hermana decía claramente más vale que puedas porque no pienso joderme la manicura me sacó de mis ensoñaciones.
―Tiene el tobillo un poco...―comenzó a hablar Zayn.
―Estoy bien.
Me levanté y tuve que sentarme de nuevo. Vaya, al parecer no era mentira. La adrelalina había tapado bien el dolor. Pero iba a jugar, ya que si lo hacía la idiota nometoquesquemerompo, perderíamos. Y lo odio.
Maldita seas Malik, qué bueno estás y qué bien juegas. ¿Qué hago pensando eso si vamos perdiendo?
Poco a poco, quité mis ojos del monumento que decía ser mi vecino (porque nunca lo había visto) y me concentré en la pelota. Iba a ganar, costara lo que costara.
Lo que era un simple juego para ambas familias, se convirtió en un ___VSZayn digno de cualquier competición. Mis muñecas y mi ya lastimado tobillo lo lamentarían después, pero no me importaba.
Nuestros progenitores decidieron apartarse. Sus ojos iban de un lado al otro del terreno de juego con una diversión que mismo parecía que estaban presenciando en directo la mejor de las comedias. Mi hermana, cómo no, estaba arreglando sus uñas, ajena al espectáculo que Malik y yo estábamos dando.
Cuando íbamos 109-109, Zayn ligeramente cansado dijo que era suficiente. Y que yo había ganado, ya que yo estaba como si del banquillo no me hubiese movido.
Me duché con la sensación de que unos ojos me escrutaban, pero la deseché. Hoy estaba demasiado paranoica y no quería volverme loca.
Cuando fui a la cafetería, estaban todos menos mi hermana. Todo atisbo de humor había desaparecido de sus facciones.
―Siéntate, tenemos que hablar.
Un escalofrío recorrió toda mi médula espinal al tiempo que me sentaba. Prepárate para lo peor añadió mi voz interior para más preocupación.
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