Dicen
Dicen que todo depende del ángulo con que mires las cosas, pero, al igual que todos los caminos llevan a Roma, todos los ángulos me transportan al vacío de no tenerte. Dicen que la vida sigue y que puedes subirte al tren, o quedarte en el andén mirando cómo pasa sin hacer nada. Dicen que cuando se marcha gritamos pero no se detiene. Pero yo me he subido, ¡joder! Y he gritado, y he seguido con mi vida, aunque sin ti. Vivo en un tren vacío lleno de mis propios alaridos. Por ti. Sin ti. Y volveré a la nada de no tenerte.