
《Y mis ojos, unas veces tristes y otras locos, suplicaban ayuda, o tal vez un perdón que nadie me dio.》
Dale vueltas a tu imaginación y crea algo. Dios o quién quiera que fuere, nos ha bendecido con las palabras. Úsalas como quieras creando cualquier cosa. De una simple frase al más longevo texto, pero algo. Sueña, y luego pásalo al papel. Guárdalo como tu mayor tesoro; las palabras son infinitas y perduran. No permitas por nada del mundo que tu nombre y tu existencia en este Mundo pase a formar parte del olvido. Libérate a través de las palabras. Empieza a cambiar el mundo con pequeños legados.